Feliz Navidad

Casi terminado el año y otra vez los mismos rituales; y las flores de Pascua y las reuniones con amigos y familiares. Y mis mejores deseos sobre todo de Paz con el corazón puesto en Ucrania y en Palestina, junto con el ruego, a quien corresponda, de que cesen de una vez las hostilidades.

Texturas

Los nervios de las hojas de las lantanas forman unas estructuras que cubren todas las superficies dotándolas de una especie de «caminitos» singulares.

Ciclamen.

Fotos Noa Serrano Plaza.

El ciclamen es una planta bulbosa cuyas flores son las más bonitas del invierno. Es un género de plantas perennes. Procede de las regiones centrales de Europa y mediterráneas. En España solo crece de forma salvaje en Cataluña y Baleares una especie conocida como «Cyclamen balearicum». Puede alcanzar una altura entre 30 y 40 cm. Las hojas tienen forma de corazón con manchas grisaceas. dependiendo de las subespecies las flores pueden ser desde blancas o rosadas hasta púpura o salmón. El cyclamen balearicum presenta hojas carnosas, sus flores son pequeñas, ofrecen un agradable aroma y generalmente son de color blanco. ¡Gracias Noa!

Solomillo de cerdo al roquefort.

Una receta muy fácil para estos días de fiesta. 

Ingredientes: 1 solomillo de cerdo,1 cebolla, vino blanco, nata, queso roquefort,  frutos secos (pueden ser nueces o almendras), sal y pimienta.

Cortamos el solomillo en medallones, los marcamos en una sartén y reservamos. En la misma sartén doramos una cebolla partida en trozos pequeños. Añadimos un generoso chorro de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. Acontinuación agregamos el queso roquefort desmenuzado y la nata. Removemos bien y mezclamos. Incorporamos los medallones de solomillo y dejamos cocer. Al presentar el plato podemos poner trozos de nueces o almendras por encima. Esta salsa al roquefort es como un buen fondo de armario.

 

Lantana en diciembre

Las flores de la lantana en diciembre salpican el jardín con tonos rosas y amarillos. Quise plantar lantanas por recordar aquel jardín en Santa Bárbara donde Marieta mimaba sus flores y sus árboles frutales. Allí, en Ciutadella, las prunas amarillas doradas por el sol competían con las moradas; allí las guardaba en el bolsillo del babi para comerlas sentada en el banco de azulejos debajo del estanque. Allí, en aquel jardín, transcurrieron los mejores días de mi infancia.

«El intervalo» de Aurelio Serrano.

Tras esta portada se esconde una narración inolvidable, donde la vida palpita con todo lo bueno y todo lo malo que ella pueda contener; y un escritor que se asoma al panorama literario con esta su primera novela, despues de ganar, con un cuento, un concurso literario. Y el escritor, Aurelio Serrano, en «El intervalo» lo hace sin omitir nada que pueda suavizar el relato. La novela es dura, con la crudeza con que los acontecimientos se desarrollan en la vida de sus personajes. Al mismo tiempo la descripción somera, pero muy precisa, con solo unas cuantas pinceladas del entorno, de los paisajes, sitúan a los personajes en un escenario donde se hacen carne, viven, respiran; donde la carne se hace presente. Para otorgar, dar, esa corporeidad se necesitan unas cualidades de autenticidad que, sin el menor género duda, posee el escritor. Una novela necesaria. Una novela hermosa.

Hibisco.

Fotos Noa Serrano Plaza.

Las flores del hibisco siempre me han fascinado. Hace tiempo me regalaron uno cuyas flores eran de un delicado color champán que no he vuelto a encontrar por más que lo he buscado.

Perdiz en escabeche.

Receta Jero García Gázquez

Ingredientes: 2 perdices, 1 cebolla grande, 2 zanahorias, 8 dientes de ajo, tomillo, romero, 2 hojas de laurel, sal, 8 granos de pimienta negra, 150 ml. de AOVE, 250 ml de vino blanco, 260 ml de vinagre de Jerez y 250 ml de agua.

Ya limpias, atamos las patas y las alas al cuerpo. En una cazuela doramos las perdices y las reservamos. En la misma cazuela añadimos el resto del aceite. Una vez caliente agregamos las verduras troceadas, los ajos pelados y enteros; incorporamos las hojas de laurel, la ramita de romero y la de tomillo y sofreimos unos quince minutos. Luego añadimos las perdices, la sal y los granos de pimienta y cubrimos con todos los líquidos. Cuando comience a hervir, dejamos que se evapore el alcohol unos minutos. Por último tapamos la cazuela y cocinamos durante unos 90 minutos. Quedan perfectas de un día para otro. Acompañar de un buen vino.